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Nueva parcela condená en Montilla-Moriles

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En Montilla-Moriles se llama parcela condená a aquella en la que el viticultor, por el motivo que sea, intercala olivos. No es un cultivo asociado, es una sentencia de muerte al viñedo: tras un par de años, se arranca para que queden solo los olivos.

Esto está ocurriendo en nuestra zona desde hace casi 40 años, en los que hemos pasado de 20.000 Has. en 1982 a menos de 4.000 en 2024.

Y sigue produciéndose esta pérdida patrimonial de viñedos emblemáticos, de pequeños viticultores de raza, auténticos jardineros de viñedo, que cuidaron de su viña como una extensión de su propia casa. Que sacaron lo mejor de su esfuerzo y su viñedo para obtener un beneficio adicional, sin saber que eso les vincularía a la viña para siempre.

Viticultores como Juan Antonio, que tras 47 años tuvo que arrancar el viñedo que él mismo puso, cultivó y cuidó, cuando ya le faltan las fuerzas y la sucesión en su viña La Estrella (vino parcelario La Condená 2021 de los Insensatos).

Un vino irrepetible

Los Insensatos, quién si no, quieren poner el foco en esa pérdida irreparable y por ello elaboran el último vino de ese suelo, de ese viticultor, de esa parcela condená. Un vino único e irrepetible, pues nunca se elaboró exclusivamente de ese viñedo y también de cepas muertas, porque las cepas que lo produjeron ya se habían arrancado cuando el vino vio la luz.

Los Insensatos, con la presentación del vino de la parcela La Condená, pretendemos dar visibilidad al trabajo tenaz y silencioso de los viticultores de Montilla-Moriles. Es un homenaje a ellos.

La Condená 2023

En esta ocasión, la parcela elegida no pertenece a un viticultor en extinción, cansado y sin relevo. La Condená ‘Tres Picos’ 2023 es de un viticultor joven, entusiasmado con su trabajo de jardinero de viñedo y consciente de su papel principal en el complejo mundo de nuestros vinos. Un agricultor implicado en su sector, que vive en ese entorno de viñedos y olivares y que se ve abocado al arranque de un viñedo que plantó su abuelo en la falda del Cerro Macho hace más de 70 años por la falta de rentabilidad.

Otra de las lacras que, junto a la falta de relevo generacional, nos llevan, irremediablemente, al arranque.

Es otro mensajero, pero con el mismo mensaje: la pérdida de viñedos viejos en Montilla-Moriles.  Y otro día triste para los Insensatos y el mundo de la vitivinicultura.

Un homenaje a los viñedos perdidos y sus viticultores

El día 2 de noviembre, cuando en el mundo católico se rinde homenaje a los difuntos, Los Insensatos de la Antejohuela rendimos homenaje a un paraje de viñedo que se ha perdido, con la esperanza de poner nuestro grano de arena para que no ocurra más… Aun sabiendo que, inexorablemente, habrá más parcelas condenás en nuestro entorno vitícola.

Así sea.

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