Bilbao
Día 1
Pues bien, queridos insensatos, en esta segunda entrega del Cuaderno de bitácora seguimos en el País Vasco, concretamente en Bilbao, para continuar con este difícil arte de vender insensatez de la buena.
Salgo diluviando de San Sebastián, añorando que ese agua no esté cayendo también por Córdoba y, ya en Bilbao, me recoge Mario Verdeja, un sumiller de la Escuela Superior de Bilbao, en activo en esa ciudad y colaborador de Javier Gutiérrez, de ARRAN vinícola, nuestro distribuidor en la capital de Vizcaya.
Mario también había catado nuestros vinos insensatos en el ‘Curso de Especialista y Formador de formadores en vinos de Montilla-Moriles’ organizado por el CRDO, que tanta difusión y de tanta calidad nos da de toda la oferta de vinos de nuestra zona. ¡No todo lo hace mal el Consejo!
Visitamos a clientes que ya nos conocen, como María, la dueña de La manducateca, una tienda en el centro de la que, si eres aficionado a los quesos, no saldrías en tres semanas. También hacen pan artesano y, además, ¡venden Insensatos!
Catamos algunos vinos y le cuento el proyecto. Nos ofrece el local para hacer catas a clientes finales cuando nos convenga. ¡Gracias, María!
A continuación, con esa alegría que nos da causar sorpresa con nuestros vinos insensatos, por fin conocemos a Paula, de Porrue, un sofisticado restaurante de cocina vasca creativa al lado del Guggenheim, que apostó por nuestros vinos hace más de dos años y con la que hemos hablado cien veces por teléfono. Absolutamente encantadora.
Catamos La Condená 23 y Charlaúra 23 en primicia y le regalamos una cajita con auténtica albariza de Antehojuela de la Sierra de Montilla, verdadero origen de la calidad de nuestros vinos, advirtiéndole que ya le queda menos para tener un cortijo en Córdoba…
Gracias, Paula, por apostar por nosotros, y enhorabuena por tu magnífico restaurante.
Atravesamos la ría por el original Puente de la Salve, desde donde hay unas magníficas vistas de la ría y de Bilbao y también una curiosa historia que contar sobre su nombre.
Y llegamos a la siguiente parada, en Gastronomía Bilbao, donde nos atienden Irene y Laura en un espacio gastronómico único, con escuela de cocina, catas de vinos dirigidas, wine bar y tienda. ¡Otro sitión!
Laura nos conoce porque estaba con Irene González, sumiller jefe de Taller Arzuaga, a las que hice una rocambolesca cata de Insensatos por vídeo conferencia en medio del Manicomio Enológico. Aquí también catamos algunas novedades y nos hacemos la foto para el recuerdo dentro de la cava de vinos. Viendo los vinos que hay, no me importaría quedarme dentro una temporada. Enhorabuena por este magnífico espacio enogastronómico y gracias también por vuestra insensatez.
Para comer, Mario elige una taberna asiática con platos creativos de cocina fusión asiático-vasca realmente deliciosos, Kimtxu, donde el sumiller es su amigo Álvaro. No solo la comida fue sorprendente, también es un privilegio descubrir vinos de la mano de dos grandes profesionales y disfrutar de sus comentarios.
Tras un breve descanso, que es lo que se puede permitir un viajante de vinos Insensatos tieso, y tras comprarme un paraguas, de la que caía también por Bilbao, salgo por el centro a conocer otro sitio de copas muy recomendado: El Sacacorchos, muy buen bar de copas y pinchos donde me sorprendo con un Cerro Macho de Miguel Castro Maíllo a 4,6€ la copa. También tienen por copas Lagar de la Inglesa. ¡Enhorabuena, compañeros! Es un placer encontrar en un bar de este tipo, entre la vorágine de vinos nacionales e internacionales, esos olores cercanos.
Bilbao
Día 2
Vamos a primera hora al Café-Bar Las Torres, tradicional sitio en Bilbao, donde nos atiende Felipe, que es sumiller también. Aunque el sitio no es muy de vinos (es más bien una cafetería), hablamos de meter El Lechinar por copas. La pareja de Felipe, Urixt, es sumiller de la estrella Michelin más antigua de Euskadi, el restaurante Andra Mari. Cataron los vinos a ciegas y les encantaron. Hoy catamos La Condená 23 y Charlaúra.
Ya a contra reloj, vamos a Cork, emblemático sitio recomendado por Julio Barluenga, (sumiller y propietario de Vertical Wine Bar en Málaga), donde se pueden catar vinos sorprendentes. Nos atiende Jonatan, el dueño, y allí catamos La Condená 23, porque ya había catado el resto. Le vuelve a sorprender este vino de cepas muertas.
No me puedo parar mucho porque me sale el avión, así que cojo un taxi para el precioso aeropuerto de Bilbao La Paloma, diseñado por Calatrava y que emula el vuelo de ese ave.
Con esto termino el reporte del Cuaderno de bitácora de esta misión comercial por estas dos ciudades estupendas.
¡Gracias a Mario Verdeja por su dedicación estos dos días y su insensatez genuina!
Un fuerte abrazo y ¡hasta pronto, Insensatos!
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